86,5 km | 1.140 m |
5:47 | 88 |
Puedes descargar el track pulsando aquí.
Hace unas semanas nos dio por hacer la marcha de Ribarroja de 2014. Aprovechando que está relativamente cerca y se puede ir de paseo por el río, decidí ir en bici hasta el pueblo. Total, si hay que levantarse a las seis y media, ya poco me importa madrugar una hora más. Y afortunadamente así lo hice, porque mi plaza en el coche de Damián aún la usó Javi, que perdió el metro a última hora.
Al final, como casi siempre, salí demasiado temprano. Tanto que a las siete y media ya estaba en Ribarroja. Pero en un momento empezaron a llegar todos y comenzó la ruta sin problemas. Bueno, realmente nada más salir ya nos equivocamos de camino. Y no un equívoco cualquiera, sino de perderse, reencontrarse y deshacer el camino andado. Así que ya sabéis, si vais en grupo y no tenéis claro el camino, dejad que guíe alguien con GPS. Es más, no sólo que tenga GPS, sino que además lo mire de vez en cuando. Espero que la confusión no desanimara a los dos invitados que se unieron en nuestra ruta, que conocimos anteriormente en las rodanas.
A medida que avanzaba la mañana el hambre surgía con fuerza. Quizás demasiada fuerza para lo pronto que era, porque a las diez ya estábamos parando a almorzar. La ruta por el momento no tenía demasiada complicación. Algún breve momento en el que Miguel, Damián y yo tuvimos que pasar a pie… Pero nada destacable. Ya ni siquiera nos acompaña en nuestras incursiones a pie el crack de Víctor, que cada día mejora una enormidad. Lo habitual.
Pero de pronto se abrió ante nosotros una cuesta de unos cincuenta metros, tremendamente rota y con una inclinación que superaba en varios grados mi umbral de caguetismo. José Vicente lo intentó. Los primeros metros los trazó muy bien, pero se acercaba a la izquierda de la cuesta, y llegó un momento en el que no pudo ni frenar ni evitar una piedra muy grande. Salió volando por encima del manillar.
Mira que le he visto caer de todas las formas posibles. Desde lo alto, desde lo bajo, de lado, de frente… Un día pensé que literalmente se había partido el cuello, pero a los tres segundos ya estaba encima de la bici intentándolo de nuevo. Pero ver estas cosas siempre te hielan la sangre.
La ruta continúa, pero buena parte de los que venían tomaron una escapatoria que les llevó directamente a Ribarroja. Los que nos quedamos tuvimos que subir hasta el Alto de la Serratilla. Entre el calor horrible del día, lo escarpado del camino y la dificultad del trazado me quedé atrás, a la suficiente distancia de los demás, tanto física como mental para no agobiarme ni frustrarme. Al final llegué el primero porque todos los demás se volvieron a equivocar del camino.
Unas refrescantes naranjas a la sombra de una tapia nos despidieron de Vicente y José, que tomaron un atajo antes de que el golpe se enfriara y doliese aún más. Los supervivientes del día, sin comerlo ni beberlo nos encontramos con dos rampas ¡del 10 %! Javi se hartó y tomó la carretera.
A mí me fallaba la tracción y la respiración a dos tercios de la rampa. A Quique le entró unos calambres que prácticamente no podía ni subir andando. Víctor ya iba tan cansado que casi la subió entera a pie… ¡Y luego ves a Rafa como te adelanta y llega a la cima sin aparentemente esforzarse! ¡Tremendo!
Ya deberíamos haber llegado a Ribarroja, el track parece que aquí se pierde, está mal trazado… No puede ser que indique que haya que ir por la acequia. Afortunadamente pasaba un hombre que nos lo aclaró: la acequia está fuera de uso desde hace mucho tiempo, y la marcha el año pasado pasaba por ahí. Fue un momento divertidísimo y el broche tras haber pasado momentos tan duros.
Aún quedaba la vuelta a Valencia, pero afortunadamente las cuestas se habían acabado. Una marcha accidentada, dura y con un final que directamente quiere rematar a sus participantes, ya sea de fallo cardíaco o con la cabeza reventada en los muros de una acequia.
Valoración de la ruta
La ruta es dura, larga y tiene momentos técnicos complicados, pero que al fin y al cabo se pueden hacer andando, aunque quede feo reconocerlo. Los 1 900 metros que hay a continuación del punto kilométrico 60,1 son de una dureza inusitada. Si se va mal de fuerzas, lo mejor es evitarlo y tirar por la carretera.
Puntuación de la ruta: Tres estrellas | |
Dificultad física: Cuatro pedales | |
Dificultad técnica: Tres pedruscos y medio | |
Paisajes: Dos carrascas y media | |
Peligrosidad: Cuatro huesos rotos |
Por fortuna, José Vicente salió mucho mejor parado de lo que hubiese cabido esperar a la vista del «galletón» que se metió.
¡Menos mal!
Hola amigos del perroverde!
Muy buena ruta que hicimos los torrentinos con vosotros. Nos gusto mucho. Aunque nos fuimos de los primeros con Damian. Una pena, me hubiese gustado ir por la acequia que comentais, tiene que ser una pasada jeje
A la proxima sera
Un abrazo!