De nuevo Juan Moya nos ha preparado una de sus famosas rutas. En esta ocasión rodaremos a lo largo de 40 kilómetros por la zona de la sierra de Martés, saliendo desde el poblado de Mijares (pedanía de Buñol), dejando como en otras ocasiones la zona de El Rebollar para ir en dirección sur y así abarcar toda esta sierra. Ademas, la ruta está trazada en forma de ocho, así que volveremos a pasar por Mijares a los 13 kilómetros.
Nada más salir bajaremos durante un kilómetro y medio para después afrontar la cima del día. 5.300 metros al 6,5%. Un puerto muy constante que se puede subir bien, no tiene fuertes desniveles y nos llevará hasta Peña Lisa. Buenas vistas panóramicas durante la subida y arriba del todo.
Desde ahí bajada rápida hacia el primero de los pasos por Mijares nuevamente, pero desviándonos hacia la famosa zona de Las Moratillas tras un repecho corto. Más tarde, ahora sí, bajada pero por una senda rápida de más de 1 km hasta el primer paso por Mijares.
Lo daremos todo al enfrentarnos al segundo de los puertos, pasando por una zona boscosa y virgen. Una subida más tendida, más larga y con varios descansillos. Aún así no tiene una fuerte pendiente. Tras coronarlo y bajarlo nos llevará a la aldea de Hortunas, ya en la ribera de un río Magro que no dejaremos hasta el final de la ruta tras bordear el río varias veces y en un terreno que subirá y bajará entre pistas y más sendas.
En esta ruta acabaremos de recorrer todo lo que es la Sierra de Martés: la zona norte por El Rebollar, ya visitada en anteriores rutas y la zona sur por Mijares, más virgen, y a mi parecer, más bonita.
El pasado sábado el grupo de El Perro Verde BTT se organizó en dos salidas: el pistero y el trialero. Los que decidimos pasar la mañana del sábado tranquila y pistera nos encontramos en el río dispuestos a darlo todo… Que tampoco era mucho, dado que subir a Las Rodanas y bajar a Valencia antes de la hora de comer tampoco es que tenga demasiada complicación.
Pero para ser una ruta tan sencilla y tan vista tuvimos dos invitados. José Antonio, que vino para probar una mañana con nosotros, y Juan Carlos, amigo de José Vicente e integrante del BTT Moncada que además de conocernos nos contó un montón de cosas interesantes de su club. ¡Y además acudió José Luis, que hacía tanto tiempo que no venía que casi ni nos acordamos de su última visita!
En mitad de la huerta
El primer tramo de recorrido fue por las pistas que hay en paterna, cerca de la pedrera. Poco a poco, tras pasar El Plantío llegamos a La Cañada. Las pistas que hay atravesando La Vallesa son geniales, porque además de ser cuesta abajo tienen un punto de pedruscos que te hacen ir en tensión durante todo el rato.
La ruta avanzaba a un ritmo normal pero sin parones imprevistos. Por el lugar y la hora que era deberíamos estar a punto de encontrarnos con Miguel, pero no hubo manera. El plan era encontrarnos por el camino, pero esto no hace más que confirmar que la única forma de encontrar a alguien en una ruta en quedar en un punto concreto a una hora concreta. Por eso lo habitual en una ruta es perderse, y no encontrarse.
Poco antes de subir
Delante de nosotros comenzaba ya el camino que nos llevará a la Rodana Gran. Desde que nos separamos del río tendremos que subir casi 270 metros. La pista cansa un poco, pero sólo si te gusta subir retando tus marcas anteriores. La parte dura llega después de una pequeña planicie, donde el camino está cortado con una cadena. Son solo diez minutos llegar hasta arriba pero siempre hay gente que dice que pasa de subir. Afortunadamente al final, aunque sea andando subimos todos hasta la cima.
En la cima de la Rodana
La bajada la teníamos planteada por un camino nuevo. Una pequeña variante a la bajada típica para darle alguna novedad al trazado. Sin embargo Juan Carlos nos avisó de que no merecía la pena. Es demasiado peligroso y demasiado empinado, y más para un día tan caluroso y a unas horas que empezaban a ser poco recomendables para llegar a Valencia temprano. Porque el termómetro estaba llegando a parecer más al inicio del verano que al final del invierno. Hacer como Vicente e ir de corto me parecía pasarme, pero llevar perneras y una camiseta, pudiéndome poner de verano en cuanto el calor arreciase era indispensable. De ver a los demás con el culote largo y la chaqueta térmica me estaba mareando.
En el parque de Mislata
Hasta el paso por la Mina el paseo se convirtió en un absurdo pique entre Juan Carlos y yo. Cada vez que él me adelantaba, yo tenía que hacer lo mismo. Algo bastante absurdo porque teníamos que esperar igualmente a los demás. Pero al llegar al polígono de Manises pasó algo extraño… Debíamos cruzar la CV-37, y es una carretera con el suficiente tráfico como para tenerlo que pensar. Una parte del grupo la cruzó, mientras que otro se fue hacia más adelante. Nos quedamos esperando, pensando en que igual habían ido a comprar una botella de agua. O estaban girando la rotonda, para evitar cruzar a las bravas. El caso es que no volvieron. Sin track, sin esperar y sin extrañarse de que nadie les siguiera se fueron directos a Valencia.
Los que sí seguimos el camino nos metimos de nuevo al parque fluvial. Llegamos a Valencia un rato más tarde, pero quedaba cerveza para todos.
Esta semana es bastante especial en El Perro Verde BTT, puesto que vamos a tener un menú a elegir. Para los más técnicos, arriesgados y atrevidos, Adrián y José Vicente han preparado un especial de trialeras entre Alginet y Picassent. Sin embargo, para los que nos guste hacer una carretada de kilómetros pisteros y poner a trabajar el corazón en cuestas interminables, Juan Lozano nos ha planeado una escapada por Les Rodanes.
El plan B se repetirá el domingo para quien le venga mejor.
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